lunes, marzo 31, 2008

Hay que recuperar con decisión el perfil propio de Izquierda Unida

Editorial de Mundo Obrero / junio 2007

Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas celebradas el día 27 han dejado una situación política insuficiente para los partidos políticos. Ni el PP consigue el vuelco electoral, ni el PSOE logra despegarse del empate técnico que en los últimos meses da como resultado esta particular contienda bipartidista. Los resultados para IU no son buenos pues la percepción es que existe un avance del PP y un estancamiento del PSOE. Esto puede llamar al voto útil, pero lo cierto es que el centro izquierda y la izquierda han obtenido más votos. Para IU han sido unos resultados desiguales, no se mantiene una homogeneidad en ellos. De forma general podemos decir que se mantiene la tendencia de un estancamiento a la baja.

De paso, recordar que si ZP hubiera cumplido el compromiso sobre la reforma de la ley electoral, la izquierda alternativa y transformadora hubiera obtenido mayor representación y se hubieran producido más cambios en el panorama político municipal y autonómico. Justo es reconocer el trabajo de la federación de IU de Castilla la Mancha en este aspecto, y de Cayo Lara en particular. Se ha echado en falta la iniciativa federal en este sentido.

Los candidatos y candidatas de IU han marcado un discurso pegado al terreno, con perfil propio, dando respuesta a los problemas de la gente, por un estado federal, por un desarrollo ecológicamente sostenible, por otra forma de desarrollo económico, en definitiva por políticas de izquierdas, por tanto hay que valorar el gran trabajo de las organizaciones de IU. Este esfuerzo no se ha visto compensado en los resultados obtenidos, y donde sí se ha producido se ha mostrado de forma desigual, ya que ahí han influido cuestiones de carácter externo y otras de carácter interno.

El PCE mostró especial preocupación por la abstención, principalmente en Cataluña, y por los votos en blanco que superan el 2% de los emitidos. Esta puede ser una causa de estos resultados, si entendemos que esta abstención es de izquierdas, demostrando un claro desafecto por la política que perjudica las opciones más transformadoras. Mientras, la derecha nunca falla: primero va a misa y después a votar. La situación política y la especificad de cada Comunidad Autónoma y de cada Ayuntamiento puede ser otra, en la medida que el discurso general no se ha adecuado a esta realidad de gobiernos de distinto signo. Y la bipolarización de la política general que, planteando estas elecciones como unas primarias de las generales, han condicionado el voto. Si este es el ejemplo, la izquierda (diferenciada de la centro izquierda) tiene que tentarse la ropa, pues si no se marca un perfil definido e independiente, mostrando ser alternativa alternativa y social a las continuistas políticas del centro izquierda y del PP, y si no presenta una lucha y discurso contra el bipartidismo, será fagocitada por el PSOE. Es pues urgente que IU se sitúe en este camino. Estas pueden ser algunas de las razones externas.

Las confederaciones perífericas no funcionan para construir un modelo federal, bien sea de una organización política o de un estado, los resultados están a la vista, bien en una construcción federal solidaria del estado o de IU como organización. Prueba de ello es la configuración de las alianzas. Donde el perfil de IU ha quedado definido se han logrado óptimos resultados. Las prisas y la indefinición no son buenas consejeras en política y eso parece desprenderse en donde las coaliciones han sido abordadas de forma rápida y con carácter impreciso, nos sumamos a las voces que piden una concreción en los órganos federales sobre los acuerdos. Que el 51% no se puede imponer al otro 49% y que las medidas traumáticas han tenido su efecto sobre los mismos, nadie en IU lo duda.

Cata de ello dos ciudades importantes: Salamanca y Oviedo. En la primera después de dejar a media organización del PCE fuera, la peculiar alianza con los verdes y la elaboración de la candidatura, no se obtiene resultado: y en la segunda, consumada la limpieza étnica de la asamblea de IU, anulada la lista elegida por la legítima asamblea y la puesta en escena de un paracaidista de Gijón, se pierde la representación. A estos hay que sumar otros lugares en los que la división puede haber afectado en la marcha de la campaña y por ende en los resultados. Estas y otras pueden ser razones internas que expliquen este sabor agridulce que nos ha quedado en la boca.

¿Y el futuro? Como ya es práctica habitual, muchas son las recetas que se aportan al menú: desde las de siempre a las exóticas, desde las sesudas reflexiones a las sencillas y bien condimentadas, y más de olla de toda la vida que son las que más alimentan. Las cuestiones podemos centrarlas en la celebración de la Asamblea Federal en su tiempo, cumpliendo así los estatutos y dando la palabra a la militancia, retrasando su celebración hasta después de las elecciones generales y supliéndola por un calendario de reuniones de los órganos y de un plan de trabajo, con una comisión electoral que dirija esto. Parece pues que celebrar la asamblea en su tiempo tiene su razón de ser en el cumplimiento de la legalidad interna y en situar el debate en las bases, recuperando las mejores prácticas de IU, debate sincero, responsable, participativo, plural de cara a concretar un acuerdo de todas y todos para afrontar las elecciones generales y devolver la normalidad a la organización.

Alargar la actual situación no es algo que pueda solucionar los problemas que hoy soporta IU.

La otra alternativa es la celebración de la Asamblea en dos fases: una primera para la elaboración de un programa y la elección del candidato o candidata a la Presidencia de Gobierno, y la segunda para las cuestiones internas, manifiesto, estatutos y Coordinador o Coordinadora.

La primera tiene ese sabor a lo nuevo, a la imagen de tranquilidad para las elecciones y después veremos qué. Esta opción tendría a la organización en tensión más de año y medio, con la consiguiente tirantez de los debates no terminados y la batalla soterrada en la elaboración de las lista y la campaña para situarse mejor de cara a la segunda vuelta, además de los efectos colaterales añadidos. La olla de la abuela (estatutos) tiene ese sabor que nos gusta a la izquierda de hacer las cosas en su momento, para después organizar la respuesta a los retos de futuro.

La refundación de IU anunciada por el Coordinador General, toma posiciones en la mesas de discusión. Este anuncio vacuo e inconcreto ha sido concretado por la dirección del PCE en una "reconstrucción democrática de IU con un fuerte impulso republicano", en la que manteniendo las señas de identidad de IU que abarque todo el proceso de relanzamiento que IU demanda, dada su actual situación. IU necesita debatir, en profundidad y colectivamente, en esta situación de emergencia, una serie de temas básicos: IU como proyecto de Estado Federal frente a la falta actual de proyecto.

Necesitamos IU como fuerza independiente, no subalterna del PSOE. Es preciso recuperar con urgencia y decisión el perfil propio de IU como Movimiento político y social, plural y participativo frente a la situación bajo mínimos de la democracia interna y la aguda personalización.

En el mismo sentido apuesta, en el marco de la reconstrucción democrática, imprescindible y urgente, con un fuerte impulso republicano, a fin de trabajar colectivamente por una alternativa al modelo de Estado, y por una democracia participativa, laica, que tenga en el ciudadano y en la política de cercanía su forma específica de concebir la democracia.

Por último IU en tanto que fuerza de lucha y de gobierno, debe marcar nítidamente la diferencia, frente al actual modelo de crecimiento, que nunca tendrá como consecuencia la sostenibilidad medioambiental, ética y social que debería estructurar el modelo de desarrollo sostenible que defendemos. Desarrollo sostenible y democracia participativa como dos contenidos esenciales del proyecto IU.

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