martes, octubre 14, 2014

Los resultados del 25 de Mayo deslegitiman al gobierno del PP




El 25 de mayo el bipartidismo (PP con la pérdida de casi dos millones seiscientos mil votantes, con el 26% de los votos y el PSOE con la pérdida de más de dos millones quinientos mil votantes, con el apoyo del 23% de los votos) sufrió un duro golpe a manos de la sociedad española, con una pérdida de más cinco millones de votos. Todo con un punto más de participación sobre las elecciones europeas del 2009. Los partidos que conforman el llamado “bipartidismo monárquico” solo obtuvieron el apoyo del 49% de los votantes.

La fuerzas de izquierdas han conseguido un avance importante que sitúa el apoyo aproximadamente en el 20% del electorado, con un espectacular crecimiento de IU: La Izquierda Plural que triplica los votos, en relación a las europeas de 2009, ha llegado a superar el millón quinientos mil y un 10%; la irrupción de Podemos con millón doscientos mil votos y casi el 8%, así como otras fuerzas de izquierda y descontentas con el actual sistema.

Dicho esto, hay que situar el contexto en el que se dan estos resultados, en unas elecciones europeas con un 54,16% de abstención, en una situación de crisis profunda en la que, como se ha dicho, el bipartidismo monárquico sufre un duro revés aunque lejos de quedar derrotado, y la izquierda avanza de manera notable, pero aún insuficiente para la realización de los cambios necesario hacia la derrota del bipartidismo.

Deslegitimación del sistema de poder actual

Los resultados de las elecciones europeas del 25 de mayo han deslegitimado a las políticas al dictado de la Troika, a las políticas de austeridad que recortan derechos y van contra al bienestar social, contra las políticas de empobrecimiento social y de enriquecimiento de una minoría; con lo que la deslegitimación política del gobierno del Partido Popular queda patente, al obtener el apoyo del 11% del censo, al gobernar bajo el mandato de los consejos de administración del Ibex 35. Esta cuestión ha sido la base sobre la que Izquierda Unida ha pedido la dimisión de Rajoy y la convocatoria de elecciones anticipadas “para que el pueblo hable”, en palabras del Coordinador Federal de IU, Cayo Lara.

Tras años de la aplicación de recetas económicas, el pueblo ha hablado y ha quedado patente el hartazgo y el rechazo a unas políticas que no hacen más que ampliar el sufrimiento del pueblo y la falta de construcción de un proyecto de vida digno para la mayoría social. Desde IU se afirma que el discurso contra el bipartidismo, la denuncia de la gran coalición entre los dos grandes partidos y los poderes económicos ha sido acertado fruto de los análisis realizados por el conjunto de la organización. Así, en palabras de Willy Meyer cabeza de lista de la Izquierda Plural, “nuestro objetivo es hacer una gran coalición con la gente, con la mayoría social trabajadora que sufre los efectos de las políticas de la troika y del Ibex 35”.

Creación de un bloque político social alternativo

Los resultados han configurado una nueva situación a la izquierda del PSOE, el fuerte aumento de IU que recoge gran parte del descontento social, la aparición de Podemos en la que se han visto reflejados sectores descontentos con la actual situación, así como el apoyo a otras fuerzas y colectivos sitúa la acción en un marco de confluencia en el que no sobra nadie y hace falta mucha más gente para, en palabras del secretario general del PCE, J.L. Centella, “conseguir dar forma a esa fuerza importante, que puede suponer casi cuatro millones de votantes, que reclama un proceso constituyente para cambiar radicalmente la cosas y hacerlo desde el reconocimiento de que la izquierda en España es plural y diversa”.

En este marco político es donde se sitúa el reto de la izquierda, y de forma concreta Izquierda Unida. Este reto, según el informe presentado al Comité Federal del PCE, es saber cómo dar respuesta a la ilusión que ha generado en los votantes de Izquierda Plural y otras fuerzas de izquierda la posibilidad de ser una alternativa real a las fuerzas sociales y políticas del bipartidismo monárquico y hacerlo, no desde la confrontación, sino desde la cooperación, porque con quien competimos todos es con el sistema lleno de corruptelas sobre el que se sostienen las clases dominantes en España y en Europa.

Así el PCE ha concretado un reto: desde nuestra participación e implicación en los análisis que configuremos colectivamente en el seno de Izquierda Unida, creemos necesario hacer un llamamiento formal a todas la fuerzas que se reclaman de la izquierda, que se plantean la derrota del bipartidismo monárquico desde una ruptura democrática que termine con la hegemonía de las fuerzas sociales y políticas dominantes desde 1977.

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