miércoles, marzo 25, 2015

Son tiempos de izquierda, son tiempos de Mundo Obrero

Mundo Obrero
De mes en mes/febrero 2015

Vivimos tiempos complejos e inquietantes; tiempos en los que la sociedad reclama cambios profundos; tiempos de anhelos de esperanza y de ilusión, tiempos en los que se hace necesaria la unidad de la clase obrera y de la mayoría social hacia la construcción de un mundo nuevo, de un nuevo ciclo en la historia de España. Tiempos de lucha y de transformaciones, donde los hechos ocurren a velocidad de vértigo para los que hay que estar ágilmente preparados.

El bipartidismo está “tocado” pero no hundido. El poder mueve sus peones para mantener un sistema y una forma de hacer la política que proteja su tasa de beneficios a costa de los más débiles, de la mayoría social trabajadora. Uno de esos peones son las empresas de comunicación del sistema y en estos tiempos se está jugando una importante partida a través de estos medios, fundamentalmente de las televisiones. No es casual ni la programación, ni los actores y menos los contenidos. Todo ello está entre una estrategia concreta de comunicación y el mercado de las audiencias.

En esta partida el poder tiene reservado para el PCE e IU el papel de juguete roto, una determinada proyección y es ésta: lo que nos divide, los problemas y los conflictos internos. A estos se les pone la lupa y se tratan con amplitud, cosa que no se hace con las propuestas políticas que se trabajan desde la organización y en las instituciones durante 30 años en IU de forma colectiva con la gente y con las organizaciones sociales. Todo ello para trasmitir un determinado estado de opinión. Es verdad que a veces nosotros ayudamos, pero realmente el tratamiento hacia lo que representa IU es injusto, desproporcionado y nada profesional. Y es aquí donde juegan un papel importante todos nuestros medios y una acertada política de comunicación.

Se ha construido desde el ámbito del poder económico, político y mediático un frente anti-IU y anti-PCE, un frente contra la única izquierda con fuerza que hay a la izquierda del PSOE, contra un referente político de clase, transformador y revolucionario. En esta situación los empresarios, la derecha rancia, la socialdemocracia derechizada y los nuevos sujetos emergentes deben estar frotándose las manos, puesto que de cumplir su objetivo no habrá quien desde posiciones de izquierda y republicanas marque el perfil concreto de los y las trabajadoras, del laicismo, de la generación de empleo de calidad, de la libertad de la mujer a decidir sobre su cuerpo, etc. en definitiva una opción clara por el socialismo.

No es la primera vez que nos encontramos en encrucijadas parecidas, con mayor o menor gravedad y hemos salido de ellas con el esfuerzo conjunto y empujando todos (o casi todos) en la misma dirección y con un mismo objetivo. Es una batalla desigual donde la relación de medios nos es desfavorable, pero eso nunca ha sido un impedimento para la confrontación con los que quieren que esta opción, este proyecto político e ideológico se debilite. Es por ello que, ahora más que nunca es tiempo de más PCE, más IU, más Mundo Obrero.

Este 2015 cumplimos 85 años, en los que hemos informado y contado la historia de una parte importante de la sociedad española, de los trabajadores, de sus problemas e inquietudes, también de sus propuestas y de sus acciones, así como denunciado las de nuestro enemigo de clase. 85 años y seguimos con la misma ilusión y compromiso de siempre. Mirándonos en el ejemplo de los que nos precedieron, de Pepe Díaz, de Dolores, de Marcelino, de los Abogados de Atocha y tantos otros de una amplia lista, como también de los y las que trabajaron en este periódico y con su esfuerzo será posible que el 23 de agosto Mundo Obrero cumpla 85 años con la clase trabajadora, por la igualdad y la libertad.

Hemos sufrido ataques, secuestros de ediciones, ilegalizaciones, cárcel para abnegados y abnegadas militantes que lo difundían, persecuciones y no han podido con nosotros. Tampoco pudo el régimen fascista de Franco, no van a poder ahora sus nostálgicos, ni nuevos conversos anticomunistas. Tenemos militancia, organización, experiencia y valentía para hacerles frente.

Hemos de salir con la cabeza alta, con la mirada puesta en la gente y en sus problemas con el objetivo de vencer, de convencer y convencernos de que sin lo que representamos no es posible un verdadero proceso constituyente, no es posible el camino hacia la república y el socialismo.

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